Durante mis primeros años de menopausia sufrí muchísimos sofocos. Recuerdo despertarme de la histerectomía con el primero de ellos.
Es uno de los síntomas más molestos de la premenopausia o menopausia.
Yo, incluso sentía vergüenza de ellos en diversas situaciones sociales donde creía que la gente no iba a entender por qué, de repente, me ponía roja, a sudar, o a quitarme la ropa.
De noche también me despertaban, interrumpiendo la calidad de mi sueño y haciendo que las noches se me hicieran muy pesadas.
Y recuerdo evitar también ciertos espacios calurosos que sabía podían provocármelos.
Debido al cáncer de ovarios que padecí no pude tomar medicación hormonal sustitutiva y tuve que apañármelas como pude cuando entré, de la noche a la mañana, en una menopausia precoz.
Esto ha hecho que durante estos últimos 11 años haya aprendido muchísimo sobre menopausia.
Y también sobre los sofocos.
Te diré que no existe mucha información sobre los sofocos. He podido investigar sobre cómo funcionan, pero muchas otras cosas las he tenido que aprender con mi práctica y la de todas las mujeres que han venido a mi consulta durante estos años.
Y sé que hay 5 COSAS CLAVES para evitar los sofocos y tener un mejor manejo de ellos. Te lo cuento en el vídeo de esta semana.