Dormir en menopausia

Dormir en menopausia: 5 consejos para mejorar el sueño


Hoy quiero hablarte de uno de los temas que más nos preocupan durante esta etapa: el sueño. Es normal que notemos cambios en nuestra forma de dormir: ya sea que nos cueste más conciliar el sueño, que nos despertemos con frecuencia o que nos encontremos despiertas a las 3 o 4 de la mañana sin poder volver a dormir. Estos cambios están relacionados con las alteraciones hormonales de la menopausia, pero no tienen por qué convertirse en algo permanente.

Lo primero que quiero recordarte es que dormir bien es un acto de autocuidado. Dedicar tiempo y atención a mejorar nuestro descanso no solo nos ayuda a sentirnos mejor físicamente, sino que también nos conecta con nuestras necesidades y nos da energía para disfrutar de nuestro día a día. Por eso, aquí te comparto los 5 consejos que mejor me han funcionado para poder dormir mejor durante esta etapa y levantarme con fuerza cada mañana.

1. Exponte a la luz natural por la mañana

La luz natural es nuestra mejor aliada para ayudar al cerebro a sincronizarse con los ritmos naturales del día y la noche. Al recibir luz solar a primera hora de la mañana, nuestro cuerpo se ajusta mejor a los ciclos diurnos y nocturnos, favoreciendo la formación de melatonina cuando llega la noche.

¿Qué puedes hacer? Es tan sencillo como salir a caminar durante los primeros 30 minutos del día o sentarte cerca de una ventana abierta mientras tomas tu desayuno. Por la noche, evita cualquier luz artificial que imite la luz del día, como las pantallas de móviles, ordenadores o luces blancas. Esto hará que tu cuerpo se prepare naturalmente para el descanso.

2. Cena temprano y de forma equilibrada

La hora y el tipo de alimentos que consumimos antes de dormir influyen directamente en la calidad de nuestro sueño. Es importante cenar al menos 2-3 horas antes de acostarnos, optando por comidas ligeras, pero completas, que incluyan grasas saludables, verduras, proteínas y una pequeña cantidad de carbohidratos.

Evita cenas copiosas, ya que estas sobrecargan el sistema digestivo y pueden dificultar que logres un sueño reparador. Y recuerda que cuanto más simples sean tus platos por la noche, mejor se sentirá tu cuerpo al descansar.

3. Cuidado con el café y el alcohol

El café y el alcohol son dos grandes enemigos del sueño profundo. La cafeína puede permanecer en tu cuerpo durante varias horas, afectando tu capacidad para relajarte, así que intenta limitar su consumo por la tarde.

Por otro lado, aunque el alcohol a veces parece relajante al principio, interfiere con los ciclos del sueño, puede aumentar los sofocos y eleva los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Sustituye estas bebidas por infusiones relajantes como manzanilla, valeriana o rooibos para preparar a tu cuerpo para una noche tranquila.

4. Haz del magnesio tu mejor amigo

El magnesio es un mineral clave para relajarnos y mejorar la calidad del sueño. Este nutriente ayuda a nuestro cuerpo a producir sustancias que facilitan entrar en un estado profundo de descanso.

Puedes incorporar magnesio a través de alimentos como hojas verdes, frutos secos o cacao con más de un 85% de pureza. También puedes recurrir a un buen suplemento como el magnesio bisglicinato, que es de fácil absorción. Si te despiertas frecuentemente a las 3 o 4 de la mañana, prueba tomar ashwagandha durante dos meses (con pausas de un mes) para ayudarte a manejar los niveles de estrés y mejorar el sueño. O el Menobalance de Zeutics que contiene magnesio, ashwagandha y azafrán y también funciona muy bien para los sofocos.

5. Mantén horarios de sueño constantes

Uno de los hábitos más importantes para dormir mejor es mantener horarios regulares. Intenta acostarte y levantarte siempre a la misma hora, incluso los fines de semana. Durante la menopausia, nuestro cuerpo responde mejor cuando seguimos el ritmo natural de la melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir.

Lo ideal es irnos a la cama entre las 22:00 y las 22:30 para aprovechar al máximo su producción. Dedica las mañanas a actividades productivas, y pregúntate si lo que haces por la noche realmente merece sacrificar tu descanso. Asegúrate de pasar al menos 7-8 horas en la cama para darle a tu cuerpo el tiempo necesario para recuperarse.

TIP extra: crea un ambiente relajante

Para mejorar aún más tu experiencia, considera incorporar pequeños rituales que favorezcan la relajación. Por ejemplo, añade unas gotas de aceite esencial de lavanda en tu almohada, reduce el ruido y mantén tu habitación fresca y oscura. Todo esto contribuye a que tu cuerpo se sienta en el lugar ideal para descansar.


Conclusión: ¡dormir en menopausia es posible!

El sueño puede cambiar significativamente a partir de la perimenopausia debido a los cambios hormonas, pero dormir bien durante esta etapa es posible. Estos consejos, además de mejorar la calidad de tu sueño, son pequeños gestos de cuidado personal que nos ayudan a conectar con nosotras mismas y a enfrentar esta etapa con más energía y serenidad.

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