mejorar energía menopausia

5 claves para aumentar tu energía en menopausia «sin píldoras mágicas»


Uno de los cambios más frustrantes y, a la vez, más comunes que muchas mujeres experimentan a partir de los 40 años tiene que ver con la energía diaria. No es algo repentino, sino un cambio sutil pero constante, que impacta en la manera en la que nos sentimos cada día: más cansadas, con menos motivación, y como si arrancar la jornada fuera una tarea cuesta arriba.

Es una realidad que acompaña a la perimenopausia y la menopausia, y aunque puede deberse a varios factores, lo más importante es entender qué está pasando en nuestro cuerpo, qué podemos hacer al respecto y cómo adaptarnos a esta nueva etapa. Aquí no hay soluciones mágicas, pero sí hábitos que pueden ayudarte a recuperar tu vitalidad.

¿Por qué sentimos menos energía en la menopausia?

Si estás leyendo esto, probablemente te sientas identificada:

  • Te cuesta arrancar por las mañanas, con una sensación de cansancio incluso después de dormir.
  • La energía durante el día va por rachas: hay momentos de subidón y bajones repentinos.
  • Al llegar la noche, sientes que estás completamente “descargada”, como si hubieras agotado tus pilas internas.

Estos síntomas tienen explicación. Durante la menopausia se producen cambios hormonales importantes que afectan directamente al sueño, la producción de cortisol, los niveles de insulina y, en general, a cómo gestionamos la energía física y mental.

Cambios hormonales y glándulas suprarrenales

A partir de los 40 años, tu cuerpo experimenta una caída natural en la producción de estrógenos y progesterona. Esto puede afectar directamente a tus niveles de energía, tu estado de ánimo y tu capacidad de concentración.

A esto se suma el papel de las glándulas suprarrenales, responsables de producir cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés. Si estas glándulas están sobrecargadas o agotadas, puedes notar que:

  • Te cuesta arrancar por la mañana, aunque hayas dormido.
  • Tu energía va en picos y caídas a lo largo del día.
  • Al llegar la tarde, estás completamente descargada.

Este agotamiento suprarrenal no es una enfermedad, pero sí un desequilibrio que conviene atender con hábitos saludables.

Alimentación y picos de glucosa

Otro factor clave es lo que comes, especialmente al comenzar el día. Si tu desayuno es rico en azúcares o carbohidratos simples (como pan blanco, bollería, zumos comerciales…), es muy probable que generes picos de glucosa que luego se traducen en bajones de energía y fatiga mental.

Además, muchas mujeres en esta etapa comienzan a desarrollar resistencia a la insulina, lo que significa que su cuerpo tiene más dificultad para gestionar el azúcar en sangre. Esto también influye en tu vitalidad diaria.

Claves para mejorar tu energía

Aquí te comparto hábitos para ayudarte a regular tu energía en esta etapa:

1. Prioriza una alimentación nutritiva

La primera comida del día es crucial. Si desayunas alimentos ricos en azúcares estás generando picos de glucosa que va a terminar en una caída energética muy marcada.

En su lugar, opta por desayunos ricos en:

  • Proteínas (huevos, tofu, proteína en polvo)
  • Grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva)
  • Fibra (hoja verde, verduras, semillas, pan integral)

Cambia los desayunos dulces por comidas saladas, saciantes y nutritivas. Por ejemplo, un revuelto de huevos con espinacas, o tostadas de trigo sarraceno o integral con aguacate. Esto te ayudará a mantener estables tus niveles de glucosa y evitar picos que agotan tu energía.

2. Haz píldoras de descanso durante el día

Integra pequeñas “píldoras de descanso” a lo largo del día para apoyar a tus glándulas suprarrenales:

  • Respiración consciente al despertar, para activar el sistema nervioso parasimpático.
  • Exposición a la luz natural por la mañana, para regular tu ritmo circadiano.
  • Caminar al aire libre, incluso 10 minutos, ayuda a oxigenarte y reequilibrarte.
  • Descansos sin pantallas, para desconectar realmente y recargar energía mental.

3. Apóyate en adaptógenos si lo necesitas

Los adaptógenos son plantas que ayudan a tu cuerpo a adaptarse mejor al estrés físico y emocional. Algunos de los más usados en menopausia para mejorar la energía son:

  • Ashwagandha
  • Rhodiola

Consulta siempre con un profesional antes de incorporarlos, especialmente si estás tomando medicación.

4. Incorpora la actividad física a tu día

Aunque suene contradictorio, el ejercicio físico regular aumenta tu energía. No necesitas machacarte en el gimnasio, pero sí mantenerte activa. Incorpora ejercicios de fuerza para mantener tu masa muscular y metabolismo.

El movimiento constante mejora tu circulación, regula las hormonas y te hace sentir más vital y conectada con tu cuerpo.

5. Cuida tu sueño

No hay energía si no hay descanso de calidad. Durante la menopausia, los trastornos del sueño son muy comunes: despertares nocturnos, dificultad para conciliar el sueño, o sueño poco reparador.

Estos consejos pueden ayudarte:

  • Evita pantallas al menos una hora antes de dormir.
  • Cena al menos dos horas antes de acostarte.
  • Elimina el alcohol, que interfiere con las fases profundas del sueño.
  • Crea una rutina nocturna relajante: lectura, infusiones, meditación suave.

Dormir bien no solo te da energía, también mejora tu humor, tu concentración y tu capacidad de adaptación al estrés. Os dejo por aquí un artículo sobre los hábitos de sueño que hice hace poco.

Unos de mis suplementos favoritos que me ayuda a descansar mejor es el azafrán, que puedes encontrar en el Menobalance. Además de mejorar mi estado de ánimo y mantener la mente clara, me ayuda a tener un buen descanso al regular los sofocos. Pero recuerda que lo más importante siempre son los hábitos.

En resumen

Necesitamos entender cómo funciona nuestro cuerpo en esta nueva etapa y acompañarlo con hábitos que nutran, regulen y fortalezcan nuestra energía desde dentro.

Recuerda: la menopausia no es el final de tu vitalidad, es una oportunidad para redefinir tu bienestar.


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