A menudo hablamos de hormonas como si fueran un sistema independiente, cuando en realidad están profundamente conectadas con todo nuestro cuerpo, especialmente con el intestino.
Y es que, no sirve de nada tratar solo los síntomas hormonales, si no entendemos las causas de fondo que los están provocando.
Dolores articulares, hinchazón, alteraciones del sueño, cambios de humor, caída del cabello, sofocos… todos pueden tener relación con un desequilibrio intestinal.
Uno de los grandes factores que hace que muchas mujeres tengan más desajustes hormonales de lo esperado es, precisamente, cómo está su microbiota intestinal.
La relación directa entre intestino y hormonas
Nuestro intestino no es solo el lugar donde digerimos los alimentos: es un órgano con una red de comunicación constante con nuestras hormonas y con el cerebro.
Allí viven millones de bacterias que influyen en la forma en que producimos, metabolizamos y eliminamos las hormonas.
Te cuento algunos motivos por los que cuidar el intestino puede cambiar tu salud hormonal:
1. Los estrógenos modulan la microbiota (y viceversa)
Los estrógenos tienen un papel clave en cómo se comportan las bacterias de nuestro intestino.
A medida que sus niveles bajan —como ocurre en la perimenopausia y la menopausia— también cambia la composición bacteriana.
Esto puede alterar cómo metabolizamos los estrógenos y, con ello, influir en síntomas como la hinchazón, los cambios de humor o los sofocos.
2. Hay bacterias que regulan nuestras hormonas
Sí, hay bacterias que participan directamente en el metabolismo hormonal.
Ayudan a mantener el equilibrio, transformando y eliminando las hormonas que ya no necesitamos.
Por eso, si nuestra microbiota está desequilibrada, este proceso se altera y aparecen síntomas hormonales que no mejoran del todo aunque cuidemos otros aspectos.
3. La inflamación intestinal también afecta a las hormonas
Cuando nuestra microbiota no está en equilibrio, se genera inflamación intestinal, que aunque no siempre se siente, tiene efectos muy reales:
puede contribuir al dolor articular, la fatiga, la pérdida de masa muscular o la resistencia a la insulina.
Es decir, no todo lo que sentimos en esta etapa viene solo de las hormonas, sino también del intestino y de cómo está gestionando la inflamación.
4. Una mucosa intestinal dañada puede desregularlo todo
Cuando la mucosa intestinal se debilita, permite el paso de sustancias que no deberían salir del intestino.
Esto activa el sistema inmune, genera inflamación y puede descompensar aún más el equilibrio hormonal.
Por eso, cuidar esta barrera es esencial para sentirnos bien.
Qué hacer para cuidar tu microbiota (y tus hormonas)
Aquí van algunos hábitos que puedes empezar a hacer hoy mismo para cuidar tu intestino y, con ello, tus hormonas.
1. Que la mitad de tu plato sean vegetales (y variados)
En los vegetales está la fibra que alimenta nuestras bacterias intestinales.
Esa fibra fermenta en el intestino y se transforma en posbióticos, que ayudan a reducir la inflamación y a mantener el equilibrio.
Cuanta más variedad de colores haya en tu plato, más feliz estará tu microbiota.
2. Recupera los fermentados
Los fermentados son una joya que hemos perdido con la vida moderna.
Yogures naturales de calidad, encurtidos, chucrut, kimchi o vinagre de manzana sin pasteurizar (ni azúcar añadido) son formas fáciles de aportar bacterias buenas.
3. Usa probióticos de forma puntual
No hace falta tomarlos siempre, pero sí pueden ser un gran apoyo:
- Después de antibióticos.
- Si viajas a un país con bacterias diferentes.
- Si notas digestiones lentas o estreñimiento.
Tomarlos 2 o 3 veces al año y cambiar de cepas puede ayudarte a mantener el equilibrio natural.
4. Evita picotear constantemente
Cuando comemos todo el día, el estómago no tiene tiempo para generar los jugos digestivos que necesita.
Esto afecta a la digestión y también al equilibrio bacteriano.
Prioriza 3 comidas completas y nutritivas al día, sin picar entre horas. Tu digestión, tus hormonas y tu energía lo notarán.
5. Cuida tus mucosas
Las mucosas intestinales e íntimas también necesitan mimo.
Grasas saludables como el AOVE, el aguacate, los frutos secos o el pescado azul pequeño son esenciales.
Y si necesitas un apoyo extra, el Omega 7 puede ayudarte a hidratar desde dentro y cuidar tanto la piel como las mucosas.
Si hay síntomas digestivos frecuentes…
Si notas hinchazón o gases constantes, estreñimiento o digestiones lentas, no lo normalices.
Es la forma que tiene tu cuerpo de decirte que algo necesita atención.
No se trata de eliminar alimentos o tomar suplementos al azar, sino de entender qué está pasando y acompañar ese proceso.
En Somos FeMMe tenemos muy presente la importancia de la microbiota y contamos con un equipo de nutricionistas que acompaña a mujeres en este tipo de situaciones, de forma personalizada, para que puedas vivir esta etapa con salud y plenitud, sin restricciones.
Porque cuando cuidamos el intestino, todo se ordena: las hormonas, la energía, la piel, el estado de ánimo y esa sensación de bienestar general que tanto buscamos.
En resumen
Si hay algo que quiero que te lleves de todo esto, es que no puedes equilibrar tus hormonas sin cuidar tu intestino.
Tu microbiota es una aliada silenciosa, pero poderosa. Cuídala con presencia, con alimentos reales, con descanso y con cariño.
Y verás cómo poco a poco todo empieza a volver a su lugar.
Mis libros
En mi último libro, «Nutre tu menopausia. Adapta tu alimentación a esta nueva etapa y olvídate de las dietas», encontrarás más información acerca de alimentación, hábitos y suplementación para esta etapa que debemos tener en cuenta.
- Cómo adaptar la alimentación a esta etapa para mantener tu bienestar.
- Activar tu metabolismo y mantener tu energía en niveles óptimos.
- Nutrir tu cuerpo con los nutrientes esenciales para tu equilibrio hormonal.
- Implementar recetas y menús que te ayudarán a disfrutar de la comida, sin restricciones ni dietas extremas.
Haz clic en la imagen del libro que quieres adquirir.