Marta Marcè
Nutricionista, Comunicadora Experta y divulgadora en mEnopausia
Siempre recordaré el día que entré en menopausia.
Fue el día en que me sometí a una cirugía de más de 8 horas para extirpar un cáncer de ovarios que tenía, y también fue el día en que a consecuencia de esta operación me convertí en una mujer menopáusica con tan solo 26 años.
Mi historia
Como la mayoría de las mujeres, pensé que esta fase en la que estaba adentrándome iba a suponer el fin de muchos aspectos de mi vida. Fin de la belleza, de la energía, del buen humor, incluso de la vida sexual.
Sentí injusticia y una pérdida enorme por tener que despedirme de la juventud a tan temprana edad. Y quizá fueron las ganas de vivir intensamente que se me despertaron una vez superado el cáncer, las que me hicieron decidir amar y entender la menopausia para poderla vivir con todo su potencial. No quería conformarme con una vida a medias en esta segunda oportunidad que me estaba brindando, quería poder gozar del hecho de estar viva en total plenitud.
Tenía que convertir a la menopausia en una etapa maravillosa de la vida de la mujer.
Pero la realidad es que navegué muchos síntomas, como la pérdida de memoria, los cambios en mi cuerpo, sofocos salvajes que no me dejaban descansar ni de noche ni de día, pérdida de energía, dolores articulares, falta total de libido…
Ante todos estos síntomas, cuando recurría a mis médicos, estos solo me decían que cuando tuviera algo “grave” o ya desarrollara una enfermedad, acudiera a ellos para que me pudieran medicar, pero como en mi caso no podía tomar medicación hormonal sustitutiva, no había nada que yo pudiera hacer aparte de esperar y dar las gracias por estar viva después del cáncer.
Pero no me quise conformar para nada con esta expectativa de calidad de vida y empecé a aprender, formarme, experimentar en mí, y vi cómo mi vida se transformaba y empezaba a sentirme mejor que nunca. Al finalizar mi formación Universitaria en Nutrición Humana y Dietética llegaron las pacientes y vi cómo todo lo que había aprendido y experimentado no solo me servía a mí, sino a muchas más mujeres, y ahí descubrí que mi pasión era ayudar a otras mujeres en esta etapa tan olvidada.
Gracias a esta experiencia, durante los últimos 12 años he podido experimentarla y conocerla en mi propio cuerpo, he estudiado y me he formado intensamente y también he podido acompañar a miles de mujeres en su proceso de transición y vivencia con la menopausia. Y he aprendido algo muy importante, la menopausia puede ser una etapa de la vida de la mujer maravillosa.
Cuando conoces la menopausia en profundidad, entendemos su sentido biológico y la podemos acompañar, adaptándonos a nuestras nuevas necesidades en lugar de negarlas. Cuando esto sucede, la menopausia no es ninguna pérdida, es una etapa plena.
Con mi experiencia propia y con pacientes, con mi formación y todos estos años en consulta, actualmente mi misión es divulgar sobre esta etapa, visibilizarla en todas sus edades y formas y ayudar a las mujeres a cambiar su concepto y a tener herramientas reales y prácticas para que puedan transitarla con salud y plenitud.
Que ninguna otra mujer se sienta sola y sin recursos para poder disfrutar la menopausia cuando le llegue el momento.
La menopausia tiene un sentido biológico, como todo en la maravilla que es el cuerpo humano, no hay nada dejado al azar.
Cuando la mujer se adentra en la menopausia, el cambio hormonal la predispone a cambios en su vida que hacen que pase de su papel de “cuidadora” a un papel más dedicado a una misma. Los estrógenos, la hormona dominante durante la vida fértil, nos hacen más afines al cuidado de los demás, a nuestra visión más maternal. La transición hacia la menopausia implica una mayor dominancia de los andrógenos, hormonas de tipo masculino, que nos ayudan a redirigir la atención hacia nosotras, a poner más límites y a dedicarnos al auto-cuidado.
Más allá de lo que cada una puede sentir en cada fase de su vida, la invitación de la menopausia es a priorizarnos más, cuidarnos más y ponernos en la posición número 1 de nuestra vida.